Sin conocerme me amas, sin conocerte te espero y te conozco en la espera, y me desconozco a veces cuando exhausto no puedo más apretar estás ganas de seguir corriendo rumbo a ti sin saber dónde estás y sin más brújula que mi deseo.
Sin haberte encontrado siento perderte y sin encontrarte te busco y siento que de mi huyes excepto en esquivas miradas que se dan en las inhóspitas y misteriosas dimensiones de la vida que pasan como trenes que no paran en la estación del encuentro.
Sin reconocerme siento que me ves y sin dormir siento que te sueño. Sin que me rechaces el patetismo me visita y de lejos me llegan y me tocan sus improperios aunque trate de dejarlos pasar .
Sin llamarme me impeles a gritarte , con la esperanza de tu existencia late en mi la certeza de que jamás me jubilaré de este júbilo que es el foco de luz que me guía en la oscuridad de las ciénagas pantanosas de la ansiedad. Si escucho, de lejos suenas aunque en silencio estés y de mi boca salen las canciones que me acompañan en la travesía, mientras le pongo voz al latido de tu belleza y que al cielo lanzo y te dedico para que el aire te las lleve cual mensajero del tambor de la guitarra de mis pulmones, amplificadores acantilados con los que expando la vibración que en mi se alegra para que lleguen a ti aunque sean los dulces ecos de mis anhelos, patria fresca de mis tardes.
Sin que me acaricies la ilusión de ti arropa el frío que por dentro me quiebra. Veo tu ausencia en mi mirada perdida y me cito contigo en lo profundo de ella donde nadie puede impedir está intimidad única que mi corazón canta contigo y que saboreo cuando los vientos de los perfumes de tu existencia se convierten en la brisa que acaricia mi vida en los atardeceres de las playas del amor en el que te vivo en mi.