LA MOTIVACIÓN ESENCIAL

A veces siento que decidí mal, a veces siento que me autosaboteo y es cuando más tentador se me hace machacarme. Una simple elección de ir a un lugar en vez de a otro y una vez llegas a ese lugar te das cuenta que te gustaría estar en el otro… Entonces surgen las mil y una maneras de intentar repararlo.

Que angustia surge cuando sentimos que nos equivocamos en la vida, la culpa asedia cual bombardeo y la confianza en el presente titubea. Surgen las viejas creencias con fuerza de que que hay patrones de autoexclusion y autosabotaje que se repiten, que parece que no se curan, la soledad se intensifica y todo se seca, solo quedan el estruendo y el agobio y el universo ya no es sinfonía sino un zumbido desentonado por un supuesto fracasado maestro de orquesta que eres tú, solo queda sufrir…

Ese psicoterapeuta macabro que llevamos dentro con el que intentamos autoarreglarnos se ceba con nosotros y la ansiedad se vuelve nuestro exasperado movimiento jurándonos que evitaremos ya de aquí en adelante ir en contra de la voluntad de nuestro corazón en vez de ir a favor de esa supuesta falsa voluntad que nos engañó y que parecía también venir de nuestro corazón, sentimos que nos hemos autotraicionado porque nos encontramos de repente en un momento que está fuera del idílico guión que dibujamos con nuestra mente y que se teje con la desconfianza en el misterio que nos invade. Yo escribo y observo que lo hago para sacar la miel de esta hiel que sólo puedo abrazar, ¡qué sequedad! , ¡qué duelo por lo que imaginamos poder haber vivido!, ¡que dolor más absurdo!, ¡qué ruido que hace que todo esto que no podemos sentir al amor mecernos!

A veces aparece porque no le pediste el teléfono a la chica que conociste, a veces porque elegiste irte a un lugar solo o a jugar al baloncesto y cambiar la cita con una chica que crees que te empieza a gustar… Y que tentador se hace decir que es porque te autoexcluyes porque tienes miedo del amor o para castigarte y que tentador que es insultarte de que fuiste un tonto por caer en las trampas de un supuesto inconsciente perverso que está en contra de ti.

Buscas mil consuelos y te dices a ti mismo que todo obedece a un propósito mayor que te guía hacia un triunfo pero lo que puedo decirte es que sólo desemboqué en algo de paz cuando comprendí que todo está para ensancharnos en un amor radical y misericordioso . Puedes juzgarte diciendo que te justificas, que te autoengañas , que no quieres profundizar en lo que te «jode la vida» y quedarte en la superficie, pero a veces solo queda abrazar la insipidez de lo prosaico, rendirse a lo inentendible por grotesco y de mal gusto que parezca lo que nos ocurre. El autoengaño esencial es creer que en algún momento dejaste de ser digno de dejarte amar, de justificar que ahora sí que la cagaste y debes cerrar el grifo que hay en el centro de tu corazón hasta que todo vuelva a ese cauce que imaginaste. La evolución no es tener cada vez más dinero, no es tener la pareja perfecta y todos esos criterios que marca el evolucionómetro, la «evolución» es la expansión del amor que te inunda aún cuando te sientes «involucionado» o estancado. La motivación esencial es sentirte cada vez más capaz de recibir todo con amor y eso es lo que más te prende de vida porque todas las demás motivaciones de proyectos de vida pueden caer en cualquier momento y ¿A qué te agarrarás? ¿Cuál será el gancho que te levante de la cama por las mañanas cuando ante tus ojos se pinte el «desolador» paisaje de tus ambiciones desinfladas…? No renuncies a tus ambiciones pero no te olvides de tu ambición primordial… Es la única que permanece en eso que llamamos tiempo… Es la que te enraiza en tu eterna inocencia esencial y la que opera dulcemente para que tú experiencia extrañamente se convierta en un enamoramiento sin razones por lo que ocurre aunque no lo entiendas y que surge de tu deseo inextinguible de amar.

¿Y si el autosaboteo no fuera la falta de destreza mental para evitar lo que se supone debieras haber evitado sino que fuera el autoataque interno que sucede cuando no «logramos» que las cosas surjan según nuestras expectativas? Una vez escuché que la consciencia llega antes de que ocurra algo para evitarlo y el amor llega después de que ocurrió para mimarte y también escuché que la consciencia solo sirve hasta el momento en el que descubres que eres amor. Esto último me resuena más porque lo primero implica vivir en la tensión, en la alerta, en la anticipación, en la atención a los hechos en vez de en el embelesamiento en la luz que ilumina con amor nuestro incognoscible destino , ese destino que siempre tratamos de cambiar cuando sentimos que nos lleva a la tragedia y no a la gloria, la verdad no sé, solo deseo vivir en la belleza que surge cuando el amor envuelve con su mirada divina de diosa todo lo que transito. De esa manera me uno al suceder sin interpretarlo y mi destino se colma en la dicha del amor presente que todo lo abraza y siento compartirme al universo entero y al universo entero compartirse en mi y el destino deja de ser la fatigosa espera en pos de que un juez siniestro me ponga una buena nota y me diga que hice todo correcto mientras se sienta postrado en mi cama al final de mis días, de mis horas.

Llega un momento en el que simplemente te hartas de cuestionar la perfección de lo que ocurre porque comprendes que lo perfecto no está «fuera» sino que la perfección es mirar desde lo perfecto, desde el amor que es lo infinitamente perfecto, lo infinitamente real que nos libra del zarandeo de lo falso para así poder descansar en las aguas cristalinas del perdón, per- don, don alquímico de nuestro camino que nos funde en la Totalidad.

Sergio Sanz Navarro

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