Desde mi experiencia proclamar «todo está dentro de ti» , «no necesitas a los otros, ni a lo externo ni nada de afuera» es solo un autoengaño mas, una mentira de autosuficiencia para creer que no necesitamos a los demás. Hay cosas que solo se encuentran afuera, o mejor dicho, para encontrarlas adentro necesitamos a alguien afuera que nos las despierte. Los que hemos pasado por enamoramientos y rupturas de pareja turbulentas, decepciones o adicciones y nos hemos visto tan dependientes , es normal, que por una temporada nos vayamos al otro extremo, pero es solo una fase, al final la misma vida te hace ver que eso solo te lleva a la escasez y no a la presumida abundancia desde la que se proclama ese «todo está dentro». Te lleva a la escasez porque te lleva a aislarte en esa pretendida no-necesidad, te secas porque no recibes el amor que surge en la interacción con los otros, porque todo sigue ocurriendo en relación en el universo y negarlo es sufrir, sin apertura al otro el amor deja de fluir, sin reconocer la necesidad no puede haber plenitud, pues la necesidad es la puerta que nos abre a ser satisfechos y colmados por la Totalidad, en la vulnerabilidad morimos y descubrimos la inmensidad de la vida eterna.
» Todo está dentro de ti» es solo un totalitarismo espiritual, una manera de seguir separando adentro y afuera, una fijación mental que se repite sin sentido y sin sabor como loros que no saben lo que dicen pero se sienten importantes diciéndolo.
A los maestros o mejor dicho falsos maestros les encanta decir que «todo está dentro de tí» y » no necesitas lo externo» asi tienen a miles de alumnos frustrados porque no lo consiguen que siguen creyendo que necesitan depender del maestro hasta que ellos se sientan autosuficientes tambien. ¿ paradójico no?
Asi siguen pensando que «tengo que seguir escuchando al maestro hasta que yo consiga sentirme como él dice que se siente».
La verdad no puede fijarse en una frase como por ejemplo » todo lo que necesitas está dentro de ti». Es la excusa perfecta para cerrarse al amor, para no enamorarse de alguien, porque si te enamoras podrías darte cuenta de que no está tan instaurada esa autosuficiencia dentro de ti ,si esa persona te deja o si aparecen los celos o el miedo a que esa persona deje de sentir que eres único y especial para ella. Después cuando ocurre, te das cuenta de que era verdad que no lo necesitabas pero agradeces todo lo vivido, todo el paisaje emocional romántico ocurrido, toda esa travesía hermosa que acontece en lo más hondo del corazón. Y además si te abrazas durante el proceso te darás cuenta de que te ayudó en crecer en amor por ti. Eso que dicen de que «no puedes amar a otro si no te amas a ti» también es falso.Lo que está claro es que es maravilloso amar a alguien cuando ya te amas a ti, pero no es una condición indispensable.
En mi caso fue al revés. Yo me enamoré de mi mismo hace varios años viendo como amaba a alguien que no me queria a mi de la misma manera y que no queria saber nada de mi,me enamoré de ver y sentir mi inconcidionalidad, de verme amándola, de mi mismo amando. Pero primero tuve que caer en la «trampa» del enamoramiento y caeré las veces que sean necesarias, pues si sientes que todo está dentro de ti, que estás a salvo en el amor, entonces ¿ por qué no lanzarse si así lo sientes? ¿Qué puedes perder si todo está dentro de ti? ¿ que necesidad hay de rechazar a una posible pareja? ¿ para que decir «no necesito a nadie porque todo está dentro de mi» si ya lo experimentas así, para que tratar de autoconvencerse de nada? Si la tormenta del amor llega toda base falsa conceptual e impostada caerá y quedará solo la base sólida y real que hay más allá incluso de la humildad misma, allí en ese terreno suelo, solo se puede respirar y estás tan cerca de ti… y tan cerca del corazón de los otros, que toda afirmación pseudoespiritual que con la bandera de la espiritualidad trate de separarnos de nuestra divina humanidad será solo un vago rumor imperceptible ante la contemplación de la belleza del amor que nos inunda respiración a respiración, de la llama viva que arde en la que morimos y renacemos en el fuego del amor.
Sergio Sanz Navarro