A veces me siento tan solo… tan solo que me siento huérfano en un frío universo y no puedo hacer otra cosa que dejar entrar una y otra vez el amor en mi.

A veces la vida se me torna un delirio de insomnio. Y mi cuerpo tiembla y todos los abrazos quedan fuera de mi en una oquedad insoportable que solo puedo llenar respirando con calma.

A veces me siento tan cansado que no puedo ni si quiera descansar. A veces la soledad convierte a todos en extraños y a la vez los siento cerca en el corazón de una compasión que se me torna suficiente para saborear de nuevo la dulzura de la vida.

A veces solo puedo implorar un perdón eterno por mi vida entera. Y me libero…

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