Era un viaje muy fuerte sergio,a veces parecia que no iba acabar.
Pero siempre era el mismo destino.
Abrazarse una y otra vez.
Apretando las mandibuĺas sin sueño.
Llevaba en las venas un impulso irrefrenable, un sortilegio de pasión desbocado e indómito.
Era un enamorado del absurdo y del desastre y le encantaba contar la etimologia de esta palabra :
«una explosión hermosa de los astros»
Ya no habia fondo, porque el tipo la verdad, se amaba, se amaba sin prototipos ni tipologias,era una especie de permiso incondicional que más de una vez lo llevó al desenfreno.
Ya no era un asunto de responsabilidad, Dios gozaba en mi, yo era su puta insacrificada.
Y todo se habia vuelto una loca fiesta de amor llena de ojos brillantes que no me dejaban descansar y a la vez me llenaban de la paz mas deliciosa del universo…
Sergio Sanz Navarro