Sonriendo en Mí

Cerraba los ojos y la escuchaba cantar y realmente podía encontrarse y fundirse en su corazón con ella, su voz era como una marea dulce que disolvía toda soledad.

Y de repente se conmovía de como se segregaba tanta belleza de toda supuesta incomprensión y la vida se volvía arte vivo y latiente.

Entonces ya no había mas que comprender, solo ser fiero en ese amor radical y podían caerse todos los planes de ir a Egipto,de orgías con mdma y citas románticas… porque me había vuelto loco de amor, había encontrado el sentido, mi función no mecánica, la paz que me informaba de la perfección y además tenía dinero para cerveza y fotocopiar poemas y repartirlos…. y había música nueva…
por todas partes…

Sergio Sanz Navarro

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio