¿PUEDO TENER UN «MAL VIAJE» CON AYAHUASCA O QUEDARME LOCO?



Para responder a esta pregunta primero has de ver como estás experimentando tu vida. ¿La vives como un «buen viaje» o como un «mal viaje»? Las personas que viven su vida como un mal viaje tienden a recurrir a las drogas paliativas como la cocaína o los ansiolíticos como una manera de escapar transitoriamente del infierno que consideran que es algo de lo que son víctimas y que tiene que ser salvado o solucionado por algo que viene de afuera también. Sin embago cuando te topas con una medicina enteógena como la ayahuasca puedes llegar a comprender que eres responsable de la creación de ese infierno con el trato que te das a ti mismo, a su vez puedes llegar a ver que no eres culpable de ello y que puedes desde tu inocencia abrirte a que el amor te inunde permitiendo que surja en ti todo lo que necesitas abrazar. Cuando te permites ser desbordado por todo aquello que rechazas sentir y que estas maltratando en ti y dejas que te atraviese en una actitud de entrega y rendición donde dejas que el amor opere ,algo maravilloso ocurre, se produce una liberación y una catarsis, una metamorfosis de la experiencia de ti mismo y de la vida. Sin embargo cuando encrudeces la lucha que mantienes en tu dia a día en la experiencia y pataleas entonces es cuando puedes vivirlo como un mal viaje. Es como si dijeras, no voy a ir al dentista o al médico porque puedo tener un mal viaje. Resistirse a la operación solo complica las cosas, sin embargo cuando te dejas en manos de la Médica Existencia ella te provee y transforma con su medicina universal de amor. Por momentos quizás no te guste lo que ves o lo que vives y por momentos te sentirás enormemente dichoso. Se trata de que puedas adoptar una actitud contemplativa en la que abras tu corazón y no te identifiques con las interpretaciones que surjan en tu mente.

La ayahuasca no incrementa los pensamientos, de hecho la mente se va armonizando con el corazón y se sintoniza y pone al servicio del amor. Por lo tanto la ayahuasca no produce paranoias como muchos pudieran creer sino que te permite ir más allá de los bucles de la mente, es como si transitoriamente se diluyera el pegamento con el que te has unido a ellos y te despegaras de esas ideas, creencias y sentencias con las que juzgamos y compartimentamos todo. Tampoco la ayahuasca produce estados alterados de consciencia, más bien posibilita desalterarla de estados alterados como el estrés o la depresión persistente.

Existen historias donde se habla como las personas se salvan de ahogarse en un remolino cuando en vez de luchar para salir a la superficie se entregan hasta el fondo del mismo y son devueltos de manera natural hacia la orilla de un nuevo mundo renovados. Cuando se habla de mal viaje no se habla de algo inherente a una experiencia o a una medicina sino que se habla de la actitud que se toma ante dicha experiencia. La medicina ayahuasca no tiene propiedades psicotizantes, no te vuelve loco, sino que te ayuda a ver lo loco que estás, la locura que sostienes, las mentiras que crees de ti mismo y de la vida que te hacen sufrir y te da la posibilidad de acceder a una locura creativa que lo-cura-todo. Cuando la locura está estandarizada y normalizada y alguien se trata de salir de ella lo llaman loco, simplemente porque es persona anhela salir de las esclavitud de la supuesta cordura de las cuerdas con las que somos atados cual bonsais raquiticos que anhelan respirar al aire de la salvaje y serena libertad.

Con el bufo alvarius el «viajador» se diluye, se va más allá de toda dualidad y del los conceptos del «bien» y el «mal» porque no hay nada de lo que protegerse, toda protección se vuelve un límite en ese momento en el que te desproteges por completo y estallas en la inmensidad de la creación y eso es lo que las personas a veces necesitan integrar… no pueden integrar el viaje porque no quieren asumir que se convirtieron en el Viaje y que toda otra «elección» o separación aislada es una ilusión ante el inevitable desembocamiento en el Océano Cósmico del Amor Absoluto y el Éxtasis Supremo, no pueden controlarlo, ni pueden contenerlo, la única manera es fundirse con el en la confianza plena cual ofrenda total al Universo. Decir fue un «buen viaje» o un «mal viaje» ante estas experiencias es muy naif, es muy superficial e incluso victimista catalogarlo y descartarlo de esa manera, es poner el poder afuera y no asumir la capacidad transformadora que tiene el recibir estas experiencias desde el permiso profundo como una medicina transformadora. Por otra parte en el otro extremo están las personas que solo consideran sanadoras y profundas aquellas experiencias que se acercan a lo que se pudiera llamar un «mal viaje», es como si persistiera en ellos la falsa necesidad de vivir purgatorios que los libren de sus impurezas e indignidades… para ellos una experiencia suave y pacífica llena de amor es sinónimo de cobardía y de no haber «profundizado»… cuando realmente en lo mas profundo de nosotros, más allá de las capas fragmentadas de lo que creemos ser está la dicha y la hermosura del viaje contínuo del amor eterno, un orgasmo universal lleno de oleadas que respiramos cuando nos entregamos a la vida y dejamos de negar el tomarla, cuando dejamos de negarnos a dejarla entrar por miedo a que la vida nos de un «mal viaje»…

Sergio Sanz Navarro

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio