‘Llama la atención la experiencia de Michael Pollan fumando el veneno del sapo de Sonora (Bufo Alvarius), el cual contiene la poderosa molécula psicodélica 5-MeO-DMT, que es considerada una de las sustancias psicodélicas más potentes del mundo. A diferencia de otras experiencias más suaves y amorosas, esta fue un contacto directo con el aspecto terrible de lo numinoso, aunque también, con el aspecto misterioso y maravilloso, así nos lo relata el mismo:
«Tuve una experiencia terrorífica. No todas fueron dulzura y luz. Hubo episodios de terror en todas, pero fue especialmente aterradora la expriencia con el 5-MeO-DMT. Este tipo de experiencia es sobrecogedora -no sólo el ego se disuelve, sino que todo se disuelve-, toda la materia se disuelve en pura energía, al menos según mi experiencia. Y eso fue terrorífico.»
El terror , la vivencia traumática, la experimenta la «identidad que se cree separada» del Todo y que se resiste a diluirse en El cual muñeca de sal el Océano del Amor, la angustia es la antesala del éxtasis de la plenitud de la Unidad
En este extracto del artículo » el trauma de la experiencia mística» escrito por la psicóloga clínica junguiana y transpersonal Amara Mackenzie de Mindmed , ella nos ilustra con una lucidez maravillosa lo que ocurre:
«Una experiencia mística puede ser facilitada por lo que el antropólogo Mircea Eliade llama “tecnologías sagradas” , medicinas ancestrales enteógenas como algunos psicodélicos, numerosos autores han difundido la teoría de la “válvula reductora”: es decir, la idea de que la función dominante del cerebro es delimitar el acceso a una conciencia expandida. Según estos teóricos, las tecnologías sagradas descritas por Eliade pueden disminuir efectivamente esta válvula de control en el cerebro, exponiendo una realidad a priori detrás o debajo de dicha válvula. Esto significa que un psicodélico no causa un estado o experiencia mística , sino que lo revela. En otras palabras, una experiencia mística se produce en función de la eliminación de algo, no de una adición. Esta “cosa” que es susceptible de una remoción insospechada podría denominarse el “ego”, aunque creo que tal vez eso sea demasiado racionalista y reduccionista para explicarlo completamente.
Según esta teoría, una “luminosidad inmediata” a priori, “la Mente expandida”, o el “orden cósmico” da sustento a la conciencia normal de vigilia y de la cual estamos regularmente excluidos por el estado de reposo estándar o “por defecto” del cerebro. Durante un encuentro místico, uno puede vislumbrar esta realidad más vasta, que muy bien puede desafiar todas nuestras creencias racionales previamente sostenidas sobre lo que es real y lo que no lo es. Bergson teoriza que la función de esta “válvula reductora” es restringir el acceso consciente a la red interconectada de la realidad en cualquier momento dado, para que no nos sintamos abrumados por la omnipresente avalancha de una conectividad potencialmente significativa en espiral, tejiéndose, bailando y zigzagueando a nuestro alrededor. Los neurocientíficos que estudian el efecto de los psicodélicos en el cerebro teorizan que una red de regiones cerebrales, denominada Red neuronal por defecto (RND) podría correlacionarse con la misma válvula reductora de Bergson, en el sentido de que estas neuronas parecen estar activas y comprometidas en el intercambio de información mientras que el cerebro está desconectado de cualquier otra cosa. La RND es una colección de regiones del cerebro conectadas funcionalmente que están involucradas en el procesamiento de información autorreferencial y se cree que operan colectivamente como una especie de generador de identidad subyacente. Esta red cerebral también parece estar activa cuando la mente divaga, como lo demuestran los escáneres cerebrales que muestran que las personas en estados meditativos (no divagantes) tienen menos actividad en la RND.
Puede ser que este funcionamiento por defecto mantenga la conciencia individual involucrada en la afirmación de un “yo”, que es necesariamente limitado, mucho más pequeño que la realidad subyacente. Durante una experiencia mística, ya sea de origen psicodélico o no, parece que uno de los principales cambios neurológicos que se producen es que la acción de la RND se suprime temporalmente. Esto produce un estado de “hipofrontalidad transitoria”, en el que puede sentirse como si la mente ya no estuviera cegada por la identidad personal y las “puertas de la percepción” estuviesen abiertas.
Una experiencia mística, sin importar qué tecnología de transformación se emplee para engendrar dicha experiencia, tiene ciertas cualidades universales, como lo describe Walter Stace. Incluyen aspectos como la inefabilidad y la paradoja, un sentido permanente de unidad y una gnosis vital o cualidad noética, que parece imbuir al experimentador con un sentido de una verdad más profunda.
La investigación actual sugiere que un encuentro místico ocasionado por psicodélicos puede resultar en cambios positivos duraderos en la vida de las personas que sufren de abuso de sustancias, ansiedad al final de la vida o trastorno de estrés postraumático. Estos cambios pueden incluir mayores niveles de apertura y bienestar mental, así como una menor dependencia de las drogas, el alcohol u otros patrones compulsivos negativos.
CUANDO LO MÍSTICO SE VUELVE TERRIBLE;
O EL MYSTERIUM TREMENDUM
Yo afirmo que este proceso de purga, ya sea en un contexto de psicoterapia con LSD a la Grof, caminando por la vía negativa a la Juan de la Cruz, o esforzándose por participar en cualquier otra serie de prácticas que podrían hacer que alguien cuestione sus creencias racionales de separación o sus arraigadas nociones identitarias, es subjetiva y objetivamente traumática, a la Levine. Para explorar esta afirmación, examinemos cómo las experiencias místicas pueden ser vistas como traumáticas.
Para empezar, permítanme presentarles un concepto del famoso filósofo y teólogo alemán Rudolph Otto. Según Otto, un encuentro con lo numinoso, es decir, la esencia inefable y evidente por sí misma de la que hablan los antes mencionados (por ejemplo, la “luminosidad inmediata” de James, etc.) siempre contiene algo del mysterium tremendum, o el tremendo, asombroso y terrorífico misterio inspirador. Según Otto, este tipo de encuentro se siente como una amenaza para la vida desde la perspectiva de la identidad o el ego, un punto que explora a través de la existencia de facto del miedo devastador cuando uno se encuentra en la presencia de lo numinoso. Esta amenaza a la vida es similar a la amenaza a la vida que se siente durante una experiencia traumática. La experiencia mística también puede alterar la vida, como muestran claramente algunas de las investigaciones mencionadas anteriormente. Un encuentro místico con lo numinoso, que contiene una cantidad no pequeña de temor según Otto, puede tener el efecto de catalizar cambios en el estilo de vida, inspirando a uno a participar más plenamente en la co-creación de su vida y revolucionar el sentido de significado en la propia psique. Este tipo de alteración de la vida es similar a la alteración experimentada después de una experiencia traumática, solo que este tipo de cambio es subjetivamente mucho mejor.
Además, las experiencias místicas, así como el trauma, cuestionan la noción de volición, como cuando la omnipotencia subjetiva de la que habla Winnicott ha sido violada y la capacidad de uno para actuar de forma autónoma se ve interrumpida o cuando, como escribe Juan de la Cruz, nuestras acciones deliberadas parecen verse frustradas por algo que se experimenta como una intervención divina. Ambas podrían tener el efecto de alejarnos de pasatiempos, círculos sociales y patrones de comportamiento anteriores. Ambas plantean un enorme desafío respecto a nuestras visiones del mundo, las normas culturales y el sentido de identidad de uno mismo. Y finalmente, ambas llevan una carga somática, ya sea de la energía congelada de impactos anteriores o de la descarga de impactos previos a través de la liberación. De esta manera, al igual que la Noche Oscura de Juan de la Cruz es fenomenológicamente similar al esquema de Grof de las experiencias perinatales que uno podría experimentar durante una sesión de psicoterapia con LSD, propongo que un encuentro personal con lo numinoso es similar al trauma.
Esto, por supuesto, no significa que uno no deba dar la bienvenida enérgicamente a lo numinoso si llama a la puerta. Tener la válvula reductora de la mente en sí lo suficientemente reducida como para permitir que la “luminosidad inmediata” de una experiencia directa penetre en la conciencia tiene el potencial de ser una bendición tremenda, incluso cuando las consecuencias se sientan caóticas y difíciles de integrar. Es solo para decir que cuando uno llega a descubrir la Mente Expandida, no debe esperar solo arcoíris y unicornios, porque el cuerpo percibirá cualquier amenaza de muerte como un trauma e indudablemente responderá en consecuencia. Sin embargo, ten en cuenta que, si entras en la Noche Oscura, en palabras de Peter Levine, mientras “el trauma es el infierno en la tierra, la liberación del trauma es un regalo divino”. ( Amara Mackenzie)
Artículo completo:
https://mind-foundation.org/trauma-mystical-experience/?lang=es