Llevo más de siete años hablando cada día con personas de todo el mundo que nos contactan porque quieren venir a alguno de los retiros y escuelas que organizamos, muchos de ellos con el motivo aparentemente principal de acceder a una experiencia con ayahuasca u otros enteógenos que les permita conectar con la memoria de su naturaleza esencial , otros muchos llegan en una profunda búsqueda y sed de liberación y vienen dispuestos a escuchar todo aquello que a través de la palabra compartimos en nuestros eventos y que les permite entrar en una comprensión profunda que disuelve de manera natural aquellas ideas que hemos creado de nosotros mismos, de los otros y de la vida y que en la mayoria de los casos les genera una experiencia de vida de culpa, indignidad y desconfianza que no es compatible con aquello que su alma quiere vivir.
Pero cada vez me llaman más personas que se sienten profundamente solas. Desde mi experiencia la soledad puede ser un portal de encuentro con nosotros mismos, nos muestra el grado de autobandono en el que estamos, nos permite ver todo aquello que necesita ser abrazado y amado y muchas veces es la antesala que precede a una rendición incondicional donde nos fundimos con la existencia. Puedes sentirte solo aunque estés rodeado de personas y puedes no sentirte solo aunque no haya nadie a tu alrededor porque tú estás contigo y algo mucho más grande que no alcanzas a describir y en lo que te reconoces te acompaña pero incluso cuando accedemos a esa solitud , como llamaba Osho a la soledad plena, existe un anhelo inextinguible pulsando en el interior que quiere compartir con los otros, abrirse, acercarse , sentir el calor y la llama del amor que surge de un abrazo, una mirada, una conversación… algo nos dice que la soledad es solo una estación inevitable en el camino de la reconciliación pero no es el final del camino.
Hay personas que tratan incluso de imponerse el ser capaces de estar solas en todo momento porque han escuchado que eso es «lo espiritualmente correcto», se obligan a si mismos a no necesitar al otro porque dicen que eso viene de la carencia pero no de dan cuenta de que existe en ellos una necesidad mucho mas profunda aún que la de recibir que es la necesidad de compartirse, de darse, de entregarse… por eso que muchas personas cuando dicen «necesito ayuda» lo que en realidad están diciendo es «necesito compartirme y expresarme», ya no aguanto más sin dar mi ser, mi amor.
Tanto si eres capaz de estar solo como si no eres totalmente digno de ser amado igualmente, no tienes que demostrar nada ni fabricar un personaje que no necesite ni desee nada, es tan simple como abrirte a recibir ahora el amor desde adentro en el centro de tu corazón.
Quedándonos en la soledad corremos el riesgo de marchitarnos,de excluirnos, de secarnos… como si necesitáramos el oxígeno de las otras flores y la vida en comunidad fuera la culminación de una vida llena de grandeza y abundancia. Ahí es donde puedo decir que la vida que vivimos en nuestras comunas en las casas que tenemos en todo el mundo se siente como el paraíso de celebración donde danzamos la alegría de reconocernos todos como una familia espiritual de la que todo el que lo desee puede formar parte.
Es por ello que cada vez más personas llegan porque simplemente quieren convivir con nosotros unos días, semanas, meses… y otros se quedan sin saber cuando se irán porque son espacios donde estamos juntos personas que trabajan en la organización con otros que tienen sus trabajos en la ciudad o que están estudiando en institutos o universidades pero comparten su dia a dia con nosotros. Para mi es un regalo bajar a desayunar y encontrarme con treinta personas que se abrazan,se miran, encienden un fuego de la chimenea mientras toman calidamente su café y entonces me invade el entusiamo y solo siento ganas de expresarle al mundo entero que esto existe, que está disponible para ti y que te lo mereces y que no hay límite de plazas porque no paramos de ampliar nuestras comunas hasta el punto de que se conviertan en minipueblos donde navegamos en un campo de aceptación, comprensión, reconocimiento, compasión y libertad. Desde este agradecimiento te digo que las puertas están abiertas y que puedes llamarme cuando quieras si se han despertado en ti las ganas de venir. Tenemos casas en Madrid, Barcelona, Marbella, Colonia del Sacramento (Uruguay) , Irlanda, Buenos Aires, Jiutepec ( México), Mocoa ( Colombia), Cluj ( Rumanía) , Milán y próximamente en Suiza, Suecia y Alemania. Facilitamos en todas ellas la integración con lo que llamamos el triángulo de la convivencia que incluye que puedas participar si quieres un tiempo cada día en la colaboración en las tareas de la comunidad, otro tiempo de formación y un espacio de apoyo y acompañamiento donde nos reunimos para compartir entre nosotros como está cada uno para poder comprender, sanar e integrar. En algunas de ellas como Madrid o Marbella están incluidos el desayuno, comida y la merienda-cena con una sabrosa y nutritiva comida que nos preparan aquellos que la cocinan con el mágico ingrediente del amor.
Mi corazón te espera y ya te amo aunque no te conozca, estaré encantado de escucharte, mi número es +34 661023916, puedes llamarme o escribirme.
Un abrazo inmenso
Sergio Sanz Navarro